Uno de los elementos de relevancia en la etapa feudal, son las “Quadres”. Una Quadra es un conjunto de propiedades de un señor feudal que, pese a estar adscritas a un castillo, tiene un trato especial respecto a éste. La Quadra de Vilanova fue una de les más relevantes y importantes de la época.
No tenemos información que nos diga que Can Borrell pertenecía a esta Quadra, pero por la importancia que tuvo en la zona, es interesante conocer su existencia puesto que nos ayuda a contextualizar los acontecimientos.
Su formación
El origen de la Quadra de Vilanova se enmarca entre dos fechas: el 1303 y el 1411. En la primera, Bernat de Palou que ya había comprado el valle de Gausac, adquiere la casa de la familia Vilanova, que a lo largo del siglo XIII va vendiendo el patrimonio que tiene a la zona. Este hecho de compra es determinante en la formación de la Quadra, puesto que Bernat de Palou había ido adquiriendo diferentes masías que ahora junto con la casa feudal, formará y dará nombre a la mencionada Quadra de Vilanova. Es en un documento del 1411 donde esta palabra sale referenciada por primera vez; en el mismo documento también aparece por primera vez el nombre y la existencia de un alcalde, Pere Verdaguer.
Su transmisión
Los Palou ostentaron la propiedad de la Quadra hasta finales del siglo XVI, concretamente hasta el 1590, momento en qué los Erill pasan a ser los herederos. Durante el tiempo que fue propiedad de los Erill, los conflictos con el Monestir de Sant Cugat sobre la posesión de la Quadra serían frecuentes hasta que, finalmente, la Quadra fue vendida al monasterio el año 1728.